Hoy, la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha alcanzado un nuevo nivel de tensión. Donald Trump ha impuesto aranceles de hasta el 104% a productos chinos, mientras que China ha respondido con gravámenes del 84% a las importaciones estadounidenses. Pekín ha prometido “luchar hasta el final” y ha anunciado restricciones a empresas estadounidenses en sectores clave como defensa y tecnología.
Los mercados financieros globales están en caída libre. El índice S&P 500 ha registrado una pérdida histórica del 10% en los últimos días, mientras que el petróleo y metales como el cobre y el aluminio también han visto caídas significativas. En Europa, los mercados sufren fuertes pérdidas, y economistas advierten sobre el riesgo de una recesión global.

La Unión Europea, por su parte, ha optado por una respuesta más cautelosa, aplicando aranceles del 25% a ciertos productos estadounidenses. Mientras tanto, países como Japón y Corea del Sur buscan negociar con Estados Unidos para evitar mayores daños económicos.
El impacto de estas medidas ya se siente en las cadenas de suministro y en los precios al consumidor, generando incertidumbre económica a nivel mundial. Los expertos coinciden en que estas políticas proteccionistas podrían tener consecuencias negativas a largo plazo, afectando tanto a empresas como a consumidores.