Uno de los principales objetos que adornan las casas, oficinas o espacios públicos, durante el mes de diciembre, es el árbol, pues es ahí donde Santa Claus o Papá Noel deja los regalos para los niños que se portaron bien durante todo el año. El árbol está muy ligado con la religión, sin embargo éste no es mencionado en la biblia y su origen es pagano.

De acuerdo con la religión cristiana el árbol de navidad es colocado cuatro domingos antes del adviento; éste significa el paraíso, su forma triangular representa a la santa trinidad (Dios-Espíritu Santo-Jesús) las esferas y colores significan los dones de Dios a los hombres, la estrella en la punta es la fe que guía a los hombres (la estrella de Belén). Además el árbol personifica el árbol y fruto que conocieron Adán y Eva.

En México, el árbol de Navidad tuvo su auge a partir de que el general Miguel Negrete retomara la tradición en 1878, la cual comenzó Maximiliano de Habsburgo adornando un árbol de navidad en el castillo de Chapultepec, aunque referencias históricas señalan que familias europeas asentadas en el país ya lo realizaban.

Es precisamente de tierras occidentales que llega esta tradición, pues los romanos, colocaban laureles en las puertas durante las Saturnales, mientras que los celtas, adornaban robles con frutas y velas durante el solsticio de invierno, pues es un símbolo de fertilidad y regeneración.

De igual manera, egipcios, chinos y otras antiguas civilizaciones utilizaban las hojas de los árboles para decorar en cierto periodo, pues representa la vida eterna.

Cuenta la leyenda que en el siglo VIII había un roble consagrado a Thor en la región de Hesse, en el centro de Alemania. Cada año, durante el solsticio de invierno, se le ofrecía un sacrificio. El misionero Bonifacio taló el árbol ante la mirada atónita de los lugareños y, tras leer el Evangelio, les ofreció un abeto, un árbol de paz que “representa la vida eterna porque sus hojas siempre están verdes” y porque su copa “señala al cielo”

Uno de los críticos de esta decoración, fue Jeremías el Profeta, pues refiere que es vanidad adorar objetos sin valor, dejando de lado la veneración del creador.

En la actualidad, el árbol de navidad es natural o artificial y varia en precios, pues de pende el material con el que esté realizado y tamaño, su significado pudiera incluso estar pedido en las nuevas generaciones pero es una costumbre arraigada en todo el mundo.

Por Redaccion