El candidato de Morena a la presidencia de Cuautla, Rodrigo Arredondo, convirtió su cierre de campaña en una verdadera fiesta popular en la cancha de la colonia Gabriel Tepepa. Ante más de 3 mil personas, el candidato puntero demostró el músculo político que lo perfila como el próximo presidente municipal.
Después de 45 días de una campaña austera, en la que no se despilfarró el dinero en espectaculares ni en la compra de voluntades, y en la que siempre fue evidente el amor y confianza hacia Morena, el aspirante obradorista habló sobre los ejes principales de su proyecto: la recuperación de la economía, el combate a la corrupción y la eliminación de privilegios en el ayuntamiento de Cuautla.
Cerca de las 7 de la noche y después de un breve recorrido por las calles de la colonia, Arredondo subió al escenario acompañado de su esposa y su planilla, así como de las candidatas a la Diputación Federal y Local, Juanita Guerra y Paola Cruz, respectivamente, y reiteró: “Este arroz ya se coció, ya solo nos falta el último paso que es salir a votar el 6 de junio, porque los adversarios le están apostando a que no salgamos a votar y a la compra de votos”.
Arredondo señaló que fue víctima de una guerra sucia sin precedentes, pero que no le funcionó a sus adversarios porque lo fortalecieron más y subió más en las encuestas.
Enfatizó que con el apoyo del pueblo será el próximo presidente municipal, y a partir del 1 de enero de 2022, pondrá en marcha una estricta política de austeridad que acabará con los privilegios de los altos funcionarios, pues resaltó, ‘”no puede haber gobierno rico con gobierno pobre. Por eso están desesperados mis adversarios, porque se les va acabar el hueso”.