Este miércoles, miles de feligreses, acuden a las iglesias para la imposición de ceniza, con esto da paso a la cuaresma.
En la tradición bíblica la ceniza hace referencia a un sentimiento de humildad, particularmente delante de Dios. Le recuerda al cristiano su origen y su fin, y que la vida terrenal es temporal.
Para el pueblo judío, la ceniza era un símbolo que representaba la fugacidad de la vida y el arrepentimiento de los pecados. Los judíos se cubrían el cuerpo con ceniza para demostrar que intentaban acercarse a Dios.
Las cenizas, resultado de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior, se imponen sobre los católicos como un recordatorio de que la vida terrenal es temporal: “La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentre en el cielo”.
Además de esto, la iglesia hace referencia que el hombre sin Dios, se vuelve polvo y no regresa a la vida, es arrepentirse de los pecados y aceptar un cambio.