El senador Gerardo Fernández Noroña, presidente saliente de la Mesa Directiva del Senado, se encuentra en el centro de la polémica tras confirmar la compra de una residencia en Tepoztlán, Morelos, valuada en 12 millones de pesos. La propiedad, que anteriormente rentaba, fue adquirida en noviembre de 2024 mediante un crédito hipotecario, según consta en su declaración patrimonial pública.

Ante las críticas por el costo de la vivienda y su aparente contradicción con los principios de austeridad promovidos por Morena, Noroña respondió tajante:

“No tengo ninguna obligación de ser austero. La austeridad es una política pública, no una exigencia personal”.

El legislador también exhibió en redes sociales imágenes y videos del inmueble, que cuenta con más de 1,200 m² de terreno, cinco recámaras, jardín y decoración artesanal mexicana. Además, reveló ingresos adicionales por colaboraciones en medios y su canal de YouTube, con los que complementa su salario como senador.

La controversia se intensificó cuando Noroña retó a sus detractores a presentar pruebas de enriquecimiento ilícito, asegurando que su patrimonio ha sido construido con trabajo y transparencia.